jueves, 21 de noviembre de 2013

Obstáculos

 “Los términos que mejor pueden sugerir el carácter general de nuestras experiencias son los de inmersiones o ascensiones; pues en cada revelación, una parte de nuestra mente se separaba de cuanto es real y presente, y se precipitaban etéreamente en espantosos, oscuros y sobrecogedores abismos, traspasando a veces ciertos obstáculos definidos y característicos que sólo podría describir como viscosas y groseras nubes de vapor.”
Howard Phillips Lovecraft

9.30 a.m  Terapia running bajo el sol de otoño, 3º .8 km de pensamientos que obtaculizan mi carrera por el sosiego y la calma, ánimo, vamos hacia la meta!

pesado, marchito, helado, el invierno acecha y yo tiemblo de frío. Mi mente turbada e inquieta, ansiosa y distraída en pensamientos pesados y obstáculos invencibles. Hoy corremos una prueba de saltos, de resistencia, porque el alma que soportamos se encuentra agotada por el desamparo que le atormenta y le desvía del camino hacia el ritmo ligero y lúcido para la calma.
Sugiéreme dar otra zancada y me tambaleo, siento tambalearme , siento el bloqueo de mis pies, siento el demonio en mi mente traicionero, pensamientos quebradizos, soleada que encarcela mis emociones de placer, de calma y de sosiego.
Hoy tengo nudos y a espacios vacios, cortes, heridas, hoy todo es malestar y contracturas difíciles de sopesar de trabajar, las carreras de obstáculos son las más duras.









<Amargo irradia el sol frio de la mañana
Que hiela mi cara
Que marchita mi pensamiento
Y enturbia mi mirada
Apesadumbradas se baten mis zancada
Hoy el demonio inverna en mi alma>




Respiro, inspiro hacia dentro y espiro hacia fuera, ten en cuenta que a veces tus propios pasos son débiles pisadas que muestran impulsos vacios , unas tras otras , son solamente intentos de sacar adelante con esfuerzo y con tesón , con sudor y con constancia algo de fuerza para encontrar ese equilibrio que me proporcione confianza.

Sé que si un día me paro y dejo de batir mis zancadas dejo de dar lumbre a mi llama, dejar de avivar mi fuego, y entonces la llama del fondo de mis ojos se apaga.

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